
Tenían razón con lo del lince
Hace un tiempo la Iglesia católica lanzó una campaña en la que se decía que se protegía más al lince ibérico que a los niños, pues saben una cosa, tenían razón. Y es que vivimos en una sociedad en la que los menores suelen estar desprotegidos y faltos de cariño. Afortunadamente, existen instituciones eclesiásticas que se encargan de darles el amor y la educación que necesitan.
Un ejemplo a seguir son algunos orfanatos y escuelas irlandesas donde a ningún niño le faltaba el cariño de un cura. Allí los religiosos, en lugar de dar clases colectivas e impersonales, de esas que suelen desmotivar al alumnado, aplicaban lo que se suele llamar atención personalizada.
Buscaban lugares más íntimos para mimarlos y abrazarlos, quizás también para desnudarlos y demostrarles que dios nos ha hecho a su imagen y semejanza. Se dejaban de libros y clases teóricas para pasar a la práctica, que es lo que de verdad vale en la vida. Y en esa intimidad les explicaban las razones por las que dios prohíbe el condón: ¿Verdad niño que el sabor no es el mismo?
También allí, entre tocamientos, penetraciones, masturbaciones y quién sabe qué más cosas, los curas les explicaban que dios está en contra de la homosexualidad pero sólo si se produce entre adultos.
Y eran tan completas estas instituciones que además de darles cariño, también los educaban para la vida, pues fuera todo es muy duro y hay gente muy mala. Por eso, como quien se pone una vacuna para generar anticuerpos, allí los molían a palos y los torturaban para que de adultos pudieran enfrentarse al mundo exterior.
Además disponían de una organización impecable, pues cuando se detectaba que un cura se había pasado de cariñoso, en lugar de encerrarlo en la cárcel como al resto de los mortales, la iglesia lo perdonaba con un padre nuestro y dos ave marías y lo enviaba a otro centro, para que siguiera difundiendo la palabra de dios.
Si ustedes han sido capaces de llegar hasta aquí sin vomitar -yo estoy a punto- me darán la razón: los linces están más protegidos que algunos niños.
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P.D. Pederastas hay en todos los colectivos, pero en ninguno el porcentaje es tan alto como en las comunidades religiosas. Por eso que a dios se le pase uno o dos casos lo puedo entender, pero 35.000 son muchos despistes. Y es que si uno asume que dios está en todas partes, lo lógico es que esté aún más cerca de los que difunden su palabra.
Ahora que estamos en tiempo de comuniones, acuérdense que además de lucir el traje y las joyas, fardar de regalos, salir guapo en las fotos y el vídeo, caminar sobre flores e hincharse la barriga en el banquete, al niño tienen que darle una hostia. No será igual que las que les dieron a los niños irlandeses, pero no olviden que la religión es la misma. Piensen en ello.
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